Apunte: Complicaciones microvasculares de la diabetes | Taller B: Fisiopatología | Medicina (UNComa) | | Filadd (2023)

Apunte: Complicaciones microvasculares de la diabetes | Taller B: Fisiopatología | Medicina (UNComa) | | Filadd (1)

958 Medicine. 2016;12(17):958-70

Complicaciones microvasculares de la diabetes

B. Pérez-Pevida, M. Llavero, J. Gargallo y J. Escalada*

Departamento de Endocrinología y Nutrición. Clínica Universidad de Navarra. Pamplona. España.

Resumen

Relevancia. La diabetes mellitus es una enfermedad caracterizada por la existencia de hiperglucemia.

Los pacientes con diabetes mellitus pueden presentar con el paso del tiempo diferentes complicaciones

relacionadas con el deterioro del sistema vascular que, cuando afecta a los pequeños vasos, recibe el

nombre de complicaciones microvasculares.

Formas clínicas. Las principales manifestaciones de estas alteraciones microvasculares relacionadas

con la diabetes mellitus son la retinopatía diabética, la nefropatía diabética y la neuropatía diabética.

Etiopatogenia. Su aparición parece estar en clara relación con un mal control glucémico crónico, pero

también contribuyen a ello otras variables que van desde procesos más conocidos (presión arterial, lípi-

dos, tabaco) hasta otros menos conocidos (predisposición genética, epigenética, estrés oxidativo,…).

Diagnóstico. El diagnóstico es asequible en la práctica clínica, puesto que se basa en exploraciones (re-

tinopatía, neuropatía), determinaciones analíticas (nefropatía) y/o sintomatología (neuropatía).

Prevención y tratamiento. Su prevención es importante, pero también existen tratamientos que pueden

evitar o ralentizar su progresión una vez que han aparecido, y en los últimos años se está investigando

sobre nuevos abordajes terapéuticos de gran interés para un futuro cercano.

Abstract

Microvascular complications of diabetes

Relevance. Diabetes mellitus is a disorder characterised by the presence of hyperglycemia. Patients

with diabetes mellitus may present multiple complications over time related to the deterioration of the

vascular system that are called microvascular complications when they affect small vessels.

Clinical forms. Key manifestations of these microvascular abnormalities related to diabetes mellitus are

diabetic retinopathy, diabetic nephropathy and diabetic neuropathy.

Etiopathogenesis. Their onset appears to maintain a clear relationship to chronic poor glycemic control,

but other variables are also credited for it, ranging from best-known processes (blood pressure, lipids,

tobacco) to lesser-known processes (genetic predisposition, epigenetics, oxidative stress...).

Diagnosis. Diagnosis is affordable during clinical practice, as it is based in examinations (retinopathy,

neuropathy), analysis results (nephropathy) and/or symptoms (neuropathy).

Prevention and treatment. Prevention is important, but there are also treatments that can avoid or slow

down their progress after onset, and during the past years new therapeutic approaches are being re-

searched which bear great interest for the foreseeable future.

Palabras Clave:

- Diabetes mellitus

- Nefropatía

- Neuropatía

- Retinopatía

Keywords:

- Diabetes mellitus

- Nephropathy

- Neuropathy

- Retinopathy

ACTUALIZACIÓN

*Correspondencia

Correo electrónico: [emailprotected].es

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Medicine. 2016;12(17):958-70 959

COMPLICACIONES MICROVASCULARES DE LA DIABETES

Relevancia y formas clínicas

Relevancia

Retinopatía diabética

La retinopatía diabética es la complicación microvascular

más frecuente de la diabetes mellitus (DM), con una preva-

lencia en EE. UU. del 86% y del 40% en pacientes con DM1

y DM2, respectivamente

1

. Puede ser una complicación grave,

ya que es la primera causa de ceguera en el mundo occiden-

tal. Sin embargo, la DM no solo provoca retinopatía, sino

que está relacionada también con el desarrollo de edema ma-

cular, neuropatía óptica, glaucoma y cataratas

2

. La prevalen-

cia está estrechamente relacionada con los años de evolución

de la diabetes y con el control glucémico (tabla 1). Otros

factores relacionados son la presencia de nefropatía, la hiper-

tensión y la dislipidemia. La mayoría de los pacientes con

DM que desarrollan retinopatía diabética no presentan sín-

tomas hasta estadios avanzados

3

.

Nefropatía diabética

La nefropatía diabética es la principal causa de enfermedad

renal crónica (ERC) que requiere terapia de sustitución renal

en los países desarrollados

4

. Hasta el 30% de los pacientes

con DM tiene ERC de grado moderado-severo (MDRD

<60 ml/min/1,73 m

2

). Además, el desarrollo de nefropatía

diabética se considera un factor de riesgo para enfermedad

cardiovascular

5

. Se define como un aumento en la excreción

urinaria de albúmina, con disminución de la función renal.

La albuminuria es el indicador más importante, aunque un

20% de los pacientes con DM presenta una disminución del

filtrado glomerular, con normoalbuminuria

6

. La retinopatía

diabética típicamente precede a la nefropatía diabética, por

lo que la presencia de proteinuria y retinopatía apoya de ma-

nera importante el diagnóstico de nefropatía diabética más

que de enfermedad renal no diabética.

Neuropatía diabética

Es un diagnóstico de exclusión, ya que pueden estar presen-

tes otros tipos de neuropatía susceptibles de tratamiento en

los pacientes con DM

3

. La polineuropatía diabética es la for-

ma más frecuente de neuropatía en el mundo occidental

7

.

Aproximadamente, el 50% de los pacientes con DM desarro-

llará neuropatía, si bien hasta el 50% de los casos de neuro-

patía periférica pueden ser asintomáticos.

Es una entidad que, dada su alta prevalencia, produce una

importante morbilidad en forma de úlceras, infecciones de re-

petición en las extremidades inferiores y amputaciones. Pre-

senta una estrecha relación con el desarrollo del pie diabético

(junto con la arteriopatía periférica), que es una de las princi-

pales causas de morbimortalidad en el paciente con DM.

Formas clínicas

Retinopatía diabética

La retinopatía diabética se divide en dos grandes formas se-

gún la presencia o no de neovasos: proliferativa y no prolife-

rativa. Se puede hacer una clasificación más profunda aten-

diendo a la gravedad de la misma según la presencia y el

número de microaneurismas, hemorragias intrarretinianas,

arrosaramientos venosos y anomalías microvasculares intra-

rretinianas

8

(tabla 2). La pérdida visual por retinopatía diabé-

tica puede ser secundaria a edema macular, hemorragia por

neovascularización, desprendimiento de retina o glaucoma

neovascular

9

.

Nefropatía diabética

Las principales formas de presentación clínica de la nefropa-

tía diabética son:

1. Albuminuria: precedida de un periodo de hiperfiltra-

ción. Se clasifica en función del nivel de albúmina en orina

6

(tabla 3).

2. Enfermedad renal progresiva sin albuminuria: presen-

tan un descenso del filtrado glomerular sin albuminuria.

3. Hematuria: menos frecuente.

La ERC se clasifica en función del filtrado glomerular

(tabla 4).

La proteinuria o hematuria en un paciente con DM pue-

den indicar en ocasiones enfermedad renal distinta a la ne-

fropatía diabética. Hay datos que hacen sospechar de una

enfermedad renal no diabética como la presencia de protei-

nuria en menos de 5 años desde el diagnóstico de DM1, un

inicio agudo, presencia de una enfermedad sistémica o la

TABLA 1

Factores de riesgo de retinopatía diabética

Hiperglucemia: un descenso del 1% en la HbA1c supone una reducción en el riesgo

de retinopatía diabética del 40%, del 25% en la progresión a retinopatía amenazante

para la visión, del 25% en la necesidad de laserterapia y del 15% en el riesgo de

ceguera

Hipertensión: un descenso de 10 mm Hg en la presión arterial sistólica supone una

reducción en el riesgo de progresión de retinopatía diabética del 35%, un 35% en la

necesidad de laserterapia y de un 50% en el riesgo de pérdida visual

Dislipidemia

Duración de la diabetes mellitus

Etnia (hispánico, sur de Asia)

Embarazo

Pubertad

Cirugía de catarata

TABLA 2

Clasificación de la retinopatía diabética

Nivel de severidad Hallazgos

Retinopatía no proliferativa leve Sólo microaneurismas

Retinopatía no proliferativa

moderada

Más que microaneurismas

Menos que en retinopatía no proliferativa severa

Retinopatía no proliferativa severa Cualquiera de los siguientes

Más de 20 hemorragias intrarretinianas en

cada cuadrante

Arrosaramientos venosos en dos o más

cuadrantes

Anomalías microvasculares intrarretinianas

(IRMA) en uno o más cuadrantes

No signos de retinopatía diabética proliferativa

Retinopatía diabética proliferativa Uno o más de los siguientes

Neovascularización

Hemorragia vítrea o prerretiniana

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ENFERMEDADES ENDOCRINOLÓGICAS Y METABÓLICAS

(

V

)

ausencia de retinopatía o neuropatía en el caso de pacientes

con DM1. La nefroesclerosis podría producir proteinuria e

insuficiencia renal, especialmente en pacientes con DM2 de

más tiempo de evolución, siendo clínicamente indistinguible

de la nefropatía diabética.

Neuropatía diabética

La neuropatía diabética agrupa diversas y heterogéneas ma-

nifestaciones clínicas, pero es, en un alto porcentaje de casos,

asintomática. Los síntomas presentes se deben a la afectación

de las distintas fibras nerviosas:

1. Fibras de pequeño calibre: su afectación da como re-

sultado dolor y disestesias.

2. Fibras de gran calibre: su afectación produce entume-

cimiento y pérdida de la sensación

protectora.

Los principales tipos de neuro-

patía diabética (fig. 1) son los si-

guientes

10

:

1. Polineuropatía simétrica dis-

tal: afectación simétrica distal con

componente sensorial y motor. Es

la forma más frecuente. La afec-

tación con el patrón en forma

de «guantes y calcetín» es típica de

este tipo de neuropatía.

2. Polirradiculopatías: afecta-

ción asimétrica proximal. Se dife-

rencian la amiotrofia diabética, la

polirradiculopatía torácica y la ca-

quexia diabética neuropática.

3. Mononeuropatías: existen

principalmente dos tipos: mono-

neuropatía craneal (III, IV y VI pa-

res craneales) y periférica (nervio

mediano a nivel de la muñeca).

4. Mononeuropatía múltiple.

5. Neuropatía autonómica: normalmente implica a varios

órganos y tiene un inicio larvado, por lo que con frecuencia

pasa desapercibida. Los síntomas pueden ser muy variados

según la afectación: anomalías en la contracción pupilar, la

sudoración, sistema genitourinario (disfunción eréctil, vejiga

neurógena), gastrointestinal (gastroparesia), hipoglucemias

asintomáticas y la neuropatía autonómica cardiaca (cuando

avanza, puede producir taquicardia en reposo e hipotensión

ortóstatica)

11

.

6. Neuropatía inducida por tratamiento: se produce en

pacientes con hiperglucemia crónica que tienen una mejoría

rápida del control glucémico, con aparición de neuropatía y

empeoramiento de la retinopatía y nefropatía diabética.

TABLA 3

Categorías de albuminuria

Categoría Cociente albúmina/creatinina (mg/g) Albúmina en orina de 24 horas (mg/24 h)

Normal (A1) < 30 < 30

Microalbuminuria (A2) 30-299 30-299

Macroalbuminuria (A3) ≥ 300 ≥ 300

TABLA 4

Estadios de la enfermedad renal crónica

Categoría Rango Descripción

Filtrado glomerular /ml/

min/1,73 m

2

G1 Normal-alto Daño renal con FG normal > 90

G2 Levemente disminuido Daño renal con ligero descenso del FG 60-89

G3a Descenso leve-moderado Descenso moderado del FG 45-59

G3b Descenso moderado-grave 30-44

G4 Descenso grave Descenso grave del FG 15-29

G5 Fallo renal Prediálisis/diálisis < 15

FG: filtrado glomerular.

Fig. 1. Neuropatía diabética. Formas clínicas. A: polineuropatía simétrica distal; B: radiculopatía y radiculoplexopatía; C: mononeuropatía y mononeuritis múltiple; D:

neuropatía autonómica

A B C D

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COMPLICACIONES MICROVASCULARES DE LA DIABETES

Factores etiopatogénicos

Retinopatía diabética

Mecanismos patogénicos

La patogénesis de la retinopatía diabética es multifactorial,

pero está primariamente causada por el efecto metabólico

que causa la hiperglucemia crónica, que tiene como resulta-

do cambios vasculares y subsecuentemente daño e isquemia

retiniana. Además, existen otros factores que pueden desen-

cadenar o empeorar la retinopatía diabética como es el caso

de la pubertad o el embarazo en los pacientes con DM1 o

factores de estilo de vida como la obesidad, la ingesta enólica,

la anemia o la hipertensión, entre otros

12

.

Hiperglucemia crónica. La hiperglucemia crónica es suge-

rida como la primera causa de la retinopatía diabética

13

y

para el desarrollo de cualquier tipo de enfermedad microvas-

cular, tanto en pacientes con DM1 como DM2, como ha sido

observado en varios estudios

14,15

. El adecuado control glucé-

mico reduce en un 37% en la DM2 y en un 76% en la DM1

el desarrollo de retinopatía diabética. Todo ello ha sido ava-

lado en un metaanálisis reciente de los ensayos clínicos alea-

torizados hasta la fecha

16

.

Dislipidemia. En la DM, la acción alterada de la insulina

perturba el metabolismo de grasas y proteínas, y esto puede

contribuir directamente a la retinopatía. Además, existe un

mecanismo común de daño a través del aumento de estrés

oxidativo y/o a través de la formación de productos de glica-

ción avanzada/lipooxidación

17

, que comprometen la integri-

dad de la barrera hematorretiniana, produciendo un daño

citotóxico

8

.

Hipertensión arterial. El control de la presión arterial se ha

asociado con una disminución en la progresión de retinopa-

tía

14,18

. Sin embargo, una reciente revisión Cochrane que

examinó el impacto del control de la presión arterial en pa-

cientes con DM2 de más de 4,5 años de evolución, no encon-

tró estos resultados

8

.

Hipoxia y factor de crecimiento del endotelial vascular.

La expresión del factor de crecimiento del endotelial vascu-

lar (VEGF) se ve reforzada por la hipoxia

18

, que puede estar

presente incluso antes de los primeros síntomas de retinopa-

tía. Además, se ha postulado que la retinopatía diabética co-

mienza como una enfermedad de las neuronas de la retina y

células gliales y solo con posterioridad implica a la vasculatu-

ra retiniana

3,19

.

Predisposición genética y epigenética. La predisposición

genética puede ser otro factor importante, como demostró el

estudio DCCT. En este estudio, se evaluaron 372 pacientes

con diabetes y 467 familiares de primer grado

20

. La retinopa-

tía diabética fue tres veces más frecuente entre los familiares

de los pacientes con retinopatía que entre aquellos familiares

de pacientes sin retinopatía.

Manifestaciones histopatológicas

Los signos clínicos más precoces de la retinopatía diabética

son los microaneurismas, y las hemorragias intrarretinianas.

A medida que la enfermedad progresa, los pacientes con re-

tinopatía preproliferativa tienen un aumento en el número y

tamaño de las hemorragias intrarretinales. Este aumento

puede estar acompañado de exudados algodonosos; ambas

señales indican un fracaso regional de la circulación micro-

vascular de la retina, lo que da como resultado la isquemia

(fig. 2). La retinopatía diabética proliferativa implica la for-

mación de nuevos vasos sanguíneos que se desarrollan a par-

tir de la circulación de la retina

13

. Si no se trata, el proceso

conlleva un mal pronóstico para la visión. Los nuevos vasos

se pueden extender en la cavidad vítrea del ojo y pueden san-

grar en el vítreo, dando como resultado la pérdida de visión,

y pueden causar desprendimientos traccionales de la retina

debido a la retracción del tejido fibroso. Si la enfermedad

sigue progresando, se pueden formar nuevos vasos en el es-

troma del iris y pueden extenderse, con el acompañamiento

de la fibrosis, a las estructuras que drenan el ángulo de la

cámara anterior del ojo. Esto bloquea el flujo de salida del

humor acuoso, causando glaucoma neovascular, con una ele-

vación devastadora de la presión intraocular

13

.

Fig. 2. Retinopatía diabética proliferativa. Fondo de ojo de retinopatía diabética proliferativa. En estas imágenes podemos observar exudados duros (estrella), exudado

blando (flecha continua), microhemorragia (triángulo), microaneurismas (flecha punteada). Imagen cedida por el Departamento de Oftalmología. Clínica Universidad de

Navarra.

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ENFERMEDADES ENDOCRINOLÓGICAS Y METABÓLICAS

(

V

)

Otro cambio importante que puede ocurrir cuando la

retinopatía diabética progresa es el edema macular diabético,

que implica la ruptura de la barrera hematorretiniana, con

fugas de plasma de pequeños vasos sanguíneos en la mácula.

Esto causa la inflamación de la retina central. La reabsorción

del plasma conduce al depósito de sus componentes de lípi-

dos y lipoproteínas y a la formación de exudados duros.

Nefropatía diabética

La nefropatía diabética se define a través de características

estructurales y cambios funcionales. Los cambios estructura-

les predominantes incluyen expansión mesangial, el engrosa-

miento de la membrana basal y la esclerosis glomerular.

Mecanismos patogénicos

Los estudios en pacientes que tienen o no nefropatía diabé-

tica clínicamente evidente han identificado un número de

factores que se asocian con un riesgo incrementado de pre-

sentarla

21

.

Factores endógenos. Epigenética y predisposición genética.

La probabilidad de desarrollar nefropatía diabética está muy

aumentada en pacientes con familiares con nefropatía diabé-

tica. Estas observaciones han sido realizadas en pacientes con

DM1 y DM2

22

. En cuanto a otros factores implicados, varios

estudios han analizado el papel del gen de la enzima conver-

sora de angiotensina (ECA), del gen del receptor tipo 2 de la

angiotensina-II y el TGF-beta, que podría contribuir tanto a

la hipertrofia celular como al aumento de la síntesis de colá-

geno observada en la nefropatía diabética

23

.

Raza. La incidencia y gravedad de la nefropatía diabética

está aumentada en los pacientes de raza negra (3 a 6 veces

mayor que en caucásicos), mejicanos-americanos e indios

Pima con DM2

24

, sin que se puedan descartar factores so-

cioeconómicos.

Tasa de filtrado glomerular. Aproximadamente la mitad de

los pacientes con DM1 de menos de cinco años de duración

tienen una elevada tasa de filtración glomerular, que está un

25-50% por encima de lo normal. Estos pacientes con hiper-

filtración glomerular parecen tener un riesgo incrementado

de nefropatía diabética. Y está típicamente asociada con una

hipertrofia glomerular e incremento del tamaño renal

25

.

Factores ambientales. Hipertensión arterial. Estudios

prospectivos han observado una asociación entre el desarro-

llo de la nefropatía diabética y la hipertensión arterial

26

.

Control glucémico. La nefropatía diabética se desarrolla con

más frecuencia en pacientes con un peor control glucémi-

co

12-15

. La hiperglucemia puede directamente inducir expan-

sión mesangial y daño, debido al aumento de la producción

de matriz intersticial o al incremento en la glicosilación de

las proteínas de esta. La glicosilación de las proteínas tisula-

res que se produce como consecuencia de la hiperglucemia

crónica, forma inicialmente productos de glicosilación tem-

prana reversibles y posteriormente los productos de glicosi-

lación avanzada, los cuales son irreversibles. Además, estimu-

la el aumento de la expresión de VEGF

27

y de TGF-beta,

moléculas implicadas en mitogénesis

28

.

Obesidad. Se ha asociado un elevado índice de masa corporal

(IMC) con un riesgo aumentado de ERC en los pacientes

con DM

29

. Sin embargo, la contribución de la obesidad en el

riesgo de la nefropatía (independientemente de la diabetes y

del control glucémico) no ha sido demostrada convincente-

mente en estos estudios.

Tabaco. El tabaco está asociado con una gran variedad de

efectos adversos en pacientes con DM. Entre ellos, se incluye

el incremento de la albuminuria, el riesgo de enfermedad

renal terminal y el descenso en la supervivencia una vez que

entran los pacientes en programa regular de diálisis

30

.

Manifestaciones histopatológicas

Las alteraciones histopatológicas aparecen en los pacientes

con largo tiempo de evolución de la DM antes de la apari-

ción de la albuminuria. Se describen tres cambios histológi-

cos mayores en el glomérulo: la expansión mesangial, el en-

grosamiento de la membrana basal y la esclerosis glomerular

31

.

La última lesión en aparecer, que puede tener un aspecto

nodular, es la lesión de Kimmelstiel-Wilson (fig. 3). Estos

diferentes patrones histológicos parecen tener significados

pronósticos distintos también (tabla 5).

Neuropatía diabética

Factores de riesgo

La magnitud y duración de la hiperglucemia es un factor de

riesgo mayor para el desarrollo de la neuropatía diabética

32

.

Investigaciones posteriores han aumentado el número de

factores de riesgo incluyendo la dislipidemia, la hipertensión

arterial y/o el tabaco

33

.

Mecanismos patogénicos

En la DM, una compleja serie de alteraciones metabólicas,

vasculares y factores hormonales alteran el equilibrio entre el

daño y la reparación de las fibras nerviosas en favor de los

TABLA 5

Clasificación histopatológica de la nefropatía diabética

Categoría Hallazgos

Clasificación

glomerular

Clase I

Clase IIa

Clase IIb

Clase III

Clase IV

Cambios moderados o inespecíficos en el

microscopio óptico y engrosamiento de la membrana

basal glomerular por microscopía electrónica

Expansión mesangial moderada

Expansión mesangial severa

Esclerosis nodular

Glomeruloesclerosis diabética avanzada

Clasificación

vascular e

intersticial

Lesiones intersticiales

Fibrosis intersticial y atrofia tubular

Lesiones vasculares

Hialinosis arteriolar

Presencia de arterioesclerosis en vasos largos

Adaptada de Fineberg D, et al

6

.

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COMPLICACIONES MICROVASCULARES DE LA DIABETES

primeros

34

. Esto afecta preferentemente a fibras sensoriales y

autonómicas distales, lo que conduce a la progresiva pérdida

sensitiva que subyace en las manifestaciones clínicas de la

polineuropatía diabética. Entre los factores isquémicos, la

disfunción endotelial puede ser especialmente importante,

sobre todo en pacientes con DM2.

Factores metabólicos. Los factores metabólicos involucra-

dos se resumen en la tabla 6 y son los siguientes:

1. Acumulación de productos finales de glicosilación

avanzada

35

.

2. Acumulación de sorbitol

36

.

3. Alteración de diferentes vías de señalización como la

vía de las hexosaminas, de la proteína quinasa C y de la poli

(ADP-ribosa) polimerasa.

Estrés oxidativo. El estrés oxidativo y la acumulación de

especies reactivas de oxígeno

37

proporcionan un mecanismo

único de daño neuronal y para el inicio y la progresión de la

neuropatía diabética.

Isquemia. La isquemia del nervio ha sido invocada en la pa-

togénesis de la polineuropatía diabética, debido al engrosa-

miento observado de las paredes de los vasos sanguíneos

Fig. 3. Nefropatía diabética. Lesión nodular de Kimmelstiel-Wilson. Glomerulopatía y angiopatía diabética. Se asocia al depósito hialino en las arteriolas glomerulares.

Son esféricos, eosinofílicos, con un área central acelular y pueden estar rodeados por un anillo celular. Tiñen azul o verde con el tricrómico y son positivos con las tin-

ciones de PAS y plata-metenamina. Imagen cedida por el Dr. Idoate del Departamento de Anatomía Patológica de la Clínica Universidad de Navarra.

TABLA 6

Neuropatía diabética: mecanismos patogénicos

Iniciador Defecto metabólico Mediador metabólico Mediador funcional Consecuencia

Hiperglucemia Productos de glicosilación

avanzada

Proteínas de unión Defectos en la matriz Fibrosis endoneural

Diminución de moléculas de adhesión

neurotróficas

Inactivación proteica Defectos en la unión del receptor al

ligando

Disminución del neurotrofismo

Ausencia de temple Vasoconstricción Isquemia/hipoxia

Activación macrofágica Citoquinas, aumento de TGF Citotoxicidad

Fibrosis endoneural

Formación de radicales libres Estrés oxidativo Citotoxicidad

Autooxidación Formación de radicales libres Estrés oxidativo Citotoxicidad

Aumento de la vía del sorbitol Disminución de NADPH Estrés oxidativo

Disminución de la síntesis de óxido nítrico

Citotoxicidad

NADH/lactato Pseudohipoxia Citotoxicidad

Disminución de taurina Estrés oxidativo Citotoxicidad

Disminución de miositol, fosfoinositol, y de la

proteína quinasa C

Señal de transducción

Defecto eicosanoide

Disminución del neurotrofismo

Isquemia/hipoxia

Aumento de diaciglicerol Aumento de proteína quinasa C Señal de transducción Isquemia

Defectos de ácidos

grasos

Aumento de ácidos grasos

libres

Aumento de acil-CoA deshidrogenasa de

cadena larga

Defecto mitocondrial Citotoxicidad

Disminución de

3-`-deshidrogenasa

Disminución de ácido gamma linoleico Defecto eicosanoide Isquemia/hipoxia

Disminución de insulina Disminución de factor de

crecimiento

NGF, BDNF, NT3, IGF-1 y VEGF Factores neurotróficos Disminución del neurotrofismo

BDNF: brain-derived neurotrophic factor; NGF: nerve growth factor; VEGF: factor de crecimiento del endotelio vascular.

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ENFERMEDADES ENDOCRINOLÓGICAS Y METABÓLICAS

(

V

)

endoneurales, así como oclusiones vasculares en las autop-

sias. Los factores isquémicos y metabólicos pueden operar

juntos

34

. La naturaleza exacta de esta interacción vasculome-

tabólica no está clara, y puede ser multifactorial

34

, con un

posible papel de la inflamación, especialmente reactantes de

fase aguda e interleuquinas.

Mecanismos de reparación nerviosa. La reparación del

nervio periférico se encuentra alterada en la DM. Esta com-

plicación puede ser debida a la pérdida de péptidos neurotró-

ficos que normalmente median la reparación de los nervios,

la regeneración y mantenimiento tónico. Estos péptidos in-

cluyen el factor de crecimiento nervioso, factor neurotrófico

derivado del cerebro, neurotrofina 3, IGF-1 y el VEGF

38

.

Estrategias de prevención y tratamiento

Retinopatía diabética

Prevención de la retinopatía diabética

En la actualidad, hay pocas medidas disponibles para preve-

nir la retinopatía diabética, más allá de la regulación de la

hiperglucemia, la prevención de la dislipidemia, el control de

la hipertensión y el cese del consumo de tabaco.

Tratamiento de la retinopatía diabética

Como medidas generales, se recomienda optimizar el con-

trol glucémico para reducir el riesgo o enlentecer la progre-

sión de la retinopatía diabética (grado de evidencia A)

3

. Con

el mismo objetivo, se recomienda optimizar el control de la

presión arterial y de los lípidos (A)

3

.

Edema macular diabético. Hasta la incorporación de los

fármacos anti-VEGF, la fotocoagulación focal con láser en

rejilla era el tratamiento habitual para el edema macular dia-

bético clínicamente significativo (EMCS), así como para el

edema macular diabético difuso. En los pacientes con EMCS

focal sin afectación de la fóvea, la fotocoagulación con láser

focal de microaneurismas y áreas localizadas de fugas reduce

el riesgo relativo de pérdida moderada de visión en un 50%

(desde el 24% al 12%) como se ha demostrado por el Grupo

de ETDRS

39

. Sin embargo, esta técnica tiene un pronóstico

funcional limitado, por lo que ha sido sustituida por la tera-

pia anti-VEGF intravítrea, que proporciona resultados fun-

cionales superiores (A)

3

. La aplicación intravítrea de fárma-

cos anti-VEGF permite alcanzar altas concentraciones

locales en el vítreo y la mínima exposición sistémica. Sin

embargo, se necesitan repetidas inyecciones, con un número

medio de alrededor de 7 en el primer año de tratamiento y

4 en el segundo año

40

. La terapia anti-VEGF intravítrea es

generalmente segura, pero está asociada con un posible ries-

go de infección postoperatoria (endoftalmitis). Estudios re-

cientes han notificado tasas muy bajas de endoftalmitis po-

sinyección de menos de 1 caso por cada 8.000 inyecciones

realizadas en un quirófano después de la desinfección dili-

gente de la conjuntiva con povidona yodada, utilizando

guantes estériles y mascarillas

41

.

Además de los fármacos anti-VEGF, también se han eva-

luado los esteroides intravítreos para el tratamiento del ede-

ma macular diabético. En comparación con los medicamen-

tos anti-VEGF, los esteroides tienen efectos antiinflamatorios

adicionales y los dispositivos de liberación sostenida pueden

alargar los intervalos entre los retratamientos. Los pacientes

deben ser informados acerca de la posible progresión de la

catarata y del aumento de la presión intraocular

42

.

Retinopatía diabética proliferativa. La fotocoagulación

panretiniana con láser debe realizarse cuando se detecta

neovascularización retiniana en el estudio del fondo de ojo o

por medio de la angiografía con fluoresceína, con el fin de

prevenir las complicaciones de la retinopatía diabética prolife-

rativa, tales como la hemorragia vítrea o el desprendimiento

de retina por tracción (A)

3,43

. Los pacientes deben ser informa-

dos acerca de los efectos secundarios de los tratamientos con

láser panretinianos, tales como la constricción de los campos

visuales y la reducción de la adaptación a la oscuridad, debido

a la pérdida de la función de los bastones. Estos efectos secun-

darios también pueden interferir con la capacidad de conduc-

ción de los pacientes.

La vitrectomía pars-plana se realiza en casos avanzados

de retinopatía diabética proliferativa, ante la presencia de ex-

tensas membranas traccionantes, hemorragia vítrea, y des-

prendimiento traccional de retina.

Combinación de edema macular diabético y retinopatía

diabética proliferativa. En los pacientes con edema macular

diabético y proliferación, el tratamiento del edema macular

debe realizarse antes que la fotocoagulación panretiniana con

láser, con el fin de evitar un empeoramiento del edema macu-

lar debido a la fotocoagulación láser panretiniana periférica.

Desarrollo de nuevos tratamientos para la retinopatía

diabética. La neurodegeneración es un evento temprano en

la patogénesis de la retinopatía diabética y, por lo tanto, es

razonable proponer estrategias terapéuticas basadas en la

neuroprotección como un enfoque nuevo y específico para el

tratamiento de las etapas tempranas de la retinopatía diabé-

tica. La reducción del estrés oxidativo y la administración de

agentes neuroprotectores (Pigment epithelium-derived factor

–PEDF–, nerve growth factor –NGF–, somatostatina –SS–,

brain-derived neurotrophic factor –BDNF–, glucagón-like peptide

1 –GLP-1–) son algunas de las estrategias terapéuticas más

importantes basadas en la neuroprotección

44

. Además, la ad-

ministración tópica de fármacos minimiza los efectos sisté-

micos asociados.

El hecho de que aproximadamente el 40% de los pacien-

tes con DMO no respondan al bloqueo VEGF sugiere que

pueden ser importantes otras vías fisiopatológicas en esta

enfermedad: inhibidores de TNF-alfa

45

, inhibidores de la vía

precalicreína-quinina (PKK)

46

, etc.

Nefropatía diabética

El mejor estudio que ha explorado el abordaje multifactorial

es el estudio Steno-2 en pacientes con DM2, con hiperten-

Medicine. 2016;12(17):958-70 965

COMPLICACIONES MICROVASCULARES DE LA DIABETES

sión y microalbuminuria. Se utilizaron inhibidores del siste-

ma renina-angiotensina-aldosterona, ácido acetilsalicílico,

estatinas, factores de estilo de vida y diversos fármacos anti-

diabéticos. Esta estrategia dio lugar a una disminución del

60% en proteinuria franca, y una reducción del 50% en

eventos cardiovasculares en los pacientes con DM2 seguidos

durante 8 años, a pesar de no alcanzar los objetivos en la

mayoría de los casos

47

. Es importante destacar que estos be-

neficios persistieron a los 13 años de seguimiento, a pesar

haber suspendido la terapia multifactorial intensiva 5 años

antes.

Control intensivo de la glucemia

La optimización del control glucémico reduce el riesgo o

enlentece la progresión de la nefropatía diabética (A)

3

. En el

estudio DCCT

48

, el control intensivo de la glucemia redujo

la incidencia de microalbuminuria en un 39% y de la ma-

croalbuminuria en un 56%, y los beneficios persistieron en

el estudio de seguimiento Epidemiology of Diabetes Interven-

tions Complications Trial (EDIC)

49

. En el UKPDS, el grupo

tratado intensivamente mostró una reducción de riesgo del

30% para el desarrollo de microalbuminuria

50,51

. En el estu-

dio ADVANCE

52

, el control intensivo de la glucemia redujo

significativamente el riesgo de enfermedad renal terminal

(ERT) en un 65%, la microalbuminuria en un 9% y la ma-

croalbuminuria en un 30%. Por otra parte, la progresión de

la albuminuria se redujo significativamente en un 10% y la

regresión de la albuminuria aumentó significativamente en

un 15%. Además, en los pacientes con macroalbuminuria, el

número necesario para tratar fue solo 41 para prevenir un

caso de ERT.

Algunos estudios han sugerido que ciertos antidiabéticos

pueden tener un papel nefroprotector intrínseco, indepen-

diente del efecto de la glucemia (agonistas del receptor

PPAR gamma, fármacos con efecto incretina, inhibidores del

cotransportador sodio-glucosa tipo 2), pero se necesitan más

datos que confirmen esta interesante acción.

Presión sanguínea

Se recomienda mantener cifras por debajo de 140/90 mmHg

en pacientes con DM para reducir la mortalidad por ECV y

la progresión de la ERC (A)

3

, aunque en pacientes con albu-

minuria puede plantearse un objetivo menor de

130/80mmHg

53

. Hay que destacar que los ensayos clínicos

sobre nefropatía diabética advierten de un aumento de even-

tos adversos cuando la presión arterial diastólica se fuerza

por debajo de 70 mm Hg y especialmente por debajo de

60mmHg en la población de edad avanzada.

El estudio UKPDS demostró que el control de la presión

arterial puede reducir el desarrollo de nefropatía diabética

54

.

El bloqueo del sistema renina-angiotensina-aldosterona, ya

sea con inhibidores de la ECA (IECA) o con ARA II (anta-

gonistas del receptor de la angiotensina II), reduce los even-

tos renales en pacientes hipertensos con DM y FGe menor

de 60 ml/min/1,73 m2 (A)

3

y albuminuria superior a

300mg/g Cr (B)

3

. En aquellos pacientes con nefropatía dia-

bética, algunos estudios sugieren que los ARA II están aso-

ciados con un menor aumento de los niveles séricos de pota-

sio, en comparación con los inhibidores de la ECA. En el

momento actual, no se aconseja la combinación de ARA-II e

IECA por el aumento de efectos adversos

55

.

El uso de antagonistas de los receptores de mineralocor-

ticoides (espironolactona) en combinación con IECA o ARA

II ha demostrado un efecto positivo en la reducción de la

albuminuria en la nefropatía diabética. Se ha comunicado un

aumento de episodios de hiperpotasemia, por lo que se nece-

sitan más estudios para recomendar abiertamente esta com-

binación. Su uso se limita actualmente a aquellos individuos

con hipertensión de difícil control y/o proteinuria y estos

pacientes necesitan ser cuidadosamente monitorizados para

evitar hiperpotasemias potencialmente mortales.

Respecto a los inhibidores directos de la renina (aliski-

ren), tampoco se recomienda su asociación a IECA o

ARA-II después de los resultados del estudio ALTITUDE,

que se suspendió prematuramente debido a los resultados

adversos, incluyendo hiperpotasemia, y por mostrarse

inútil en términos de eventos cardiovasculares y renales

mayores

56

.

Los diuréticos, antagonistas del calcio, y los bloqueado-

res beta se pueden utilizar como complemento para lograr

los objetivos de presión arterial en pacientes tratados con las

dosis máximas de IECA o ARA II o como terapia alternativa

en el raro caso de no tolerancia a IECA y ARA-II

3

.

Lípidos

En los ensayos con estatinas se han observado efectos poco

relevantes sobre la lesión renal

57

. En cuanto a los fibratos, el

estudio FIELD

58

demostró una reducción de la albuminuria,

pero también se produjo un aumento sostenido de los niveles

de creatinina en plasma. Tanto en el estudio FIELD como en

el seguimiento del estudio ACCORD

59

los niveles de creati-

nina plasmática volvieron a la línea de base después de la

suspensión del tratamiento con fibratos. Los potenciales be-

neficios renales de los fibratos podrían relacionarse con su

acción como agonistas PPAR alfa.

Remisión a nefrología

Se debe considerar la derivación a un médico con experien-

cia en el cuidado de la enfermedad renal cuando existe incer-

tidumbre acerca de la etiología de la enfermedad renal (au-

sencia de retinopatía, proteinuria importante, sedimento

urinario patológico, o rápida disminución del FGe) (B)

3

.

Otros factores desencadenantes de derivación pueden incluir

situaciones de difícil manejo (anemia, hiperparatiroidismo

secundario, enfermedad ósea metabólica, hipertensión resis-

tente, o trastornos electrolíticos) o enfermedad renal avanza-

da. Se ha demostrado que la remisión a nefrología cuando el

paciente se encuentra en la etapa 4 de la ERC (FGe inferior

a 30 ml/min/1,73 m

2

) (A)

3

reduce costos, mejora la calidad de

la asistencia médica y retrasa la diálisis

60

.

Neuropatía diabética

Como medida general, se recomienda optimizar el control

glucémico para prevenir o retrasar el desarrollo de la neuro-

patía diabética en pacientes con DM1 (A) y para enlentecer

la progresión de la misma en pacientes con DM2 (B)

3

.

Apunte: Complicaciones microvasculares de la diabetes | Taller B: Fisiopatología | Medicina (UNComa) | | Filadd (7)

966 Medicine. 2016;12(17):958-70

ENFERMEDADES ENDOCRINOLÓGICAS Y METABÓLICAS

(

V

)

Tratamiento del dolor neuropático

Las guías de la Federación Euro-

pea de Sociedades Neurológicas

(FESN)

61

y de la Academia Ameri-

cana de Neurología (AAN), la Aso-

ciación Americana de Medicina

Neuromuscular y Electrodiagnós-

tico, y la Academia Americana de

Medicina Física y Rehabilitación

62

son las guías más completas y re-

cientes sobre este tema (tabla 7).

Antiepilépticos. De todos ellos,

los más valorados son pregabalina,

clasificada como eficaz con un gra-

do de evidencia A (FESN, AAN) y

gabapentina, clasificada como efi-

caz con un grado de evidencia A

(FESN) o B (AAN).

Antidepresivos. Los antidepresi-

vos tricíclicos (AT) se clasifican

como eficaces con un grado de evi-

dencia A (FESN), concretando la

AAN en amitriptilina. El uso de

inhibidores selectivos de la recap-

tación de serotonina-norepinefrina como venlafaxina y du-

loxetina es apoyada tanto por la guía de la FESN (A) como

por la de la AAN (B).

Opioides. La oxicodona de liberación controlada y tramadol

son recomendados por la FESN (A) y AAN (B) y la morfina

por la AAN (B).

Otros fármacos. Ambas guías apoyan el uso de dextrome-

torfano (B) y el spray de dinitrato de isosorbida (FESN: A;

AAN: B).

Existen discrepancias entre las guías sobre el uso de cap-

saicina tópica (0,075% cuatro veces al día), el derivado de la

nicotina ABT-594, la toxina botulí-

nica, levodopa y el parche de lido-

caína.

Algoritmo de tratamiento. Se re-

comienda gabapentina, pregabali-

na, AT, venlafaxina y duloxetina

como tratamientos de primera lí-

nea (fig. 4). La elección del fárma-

co depende de las comorbilidades

de los pacientes y de los efectos

secundarios de los medicamentos.

También se recomienda titular un

fármaco de primera línea en la do-

sis máxima tolerada antes de cam-

biar a otro fármaco distinto de pri-

mera línea o iniciar combinaciones

de fármacos. Solo cuando todas

estas opciones han fallado es cuan-

do se recomienda un fármaco de

segunda línea. En segunda línea se recomienda el uso de

analgésicos opioides y tramadol. Existe preocupación sobre

su uso crónico debido a su potencial de adicción, perfil de

efectos secundarios, y disminución de eficacia con el tiempo.

Desafortunadamente, pocos estudios comparan medica-

mentos «cabeza a cabeza» o evalúan el efecto sobre la calidad

de vida. Ninguna de las recomendaciones incorpora el coste

económico en la decisión, pero este factor es también una

consideración importante no solo para los pacientes, sino

también para el sistema de salud. Los AT son los más asequi-

bles de los fármacos de primera línea. Gabapentina y venla-

faxina son más baratos que pregabalina y duloxetina, respec-

tivamente.

TABLA 7

Neuropatía diabética. Tratamiento farmacológico del dolor neuropático

Fármacos Dosis FESN AAN

Pregabalina 300-600 mg/día A A

Gabapentina 900-3.600 mg/día A B

Lamotrigina A/B* B**

Oxcarbazepina A/B* B**

Lacosamida A/B* B**

Valproato sódico 500-1.200 mg/día A/B* B

Antidepresivos tricíclicos 25-100 mg/día

1

A B (amitriptilina)

Inhibidores de recaptación de

serotonina-norepinefrina

75-225 mg/día

2

60-120 mg/día

3

A B (venlafaxina, duloxetina)

Opioides 37-120 mg/día

4

120 mg/día

5

A (oxicodona) B (oxicodona, morfina)

Tramadol 200-400 mg/día A B

Dextrometorfano 400 mg/día B B

Capsaicina tópica 0,075% A/B* B

Dinitrato de isosorbida (spray)AB

Derivado de la nicotina ABT-594 A NA

Toxina botulínica B NA

Levodopa B NA

Lidocaína (parches) NA C

AAN: Academia Americana de Neurología; FESN: Federación Europea de Sociedades Neurológicas. A: establecido como eficaz;

B: probablemente eficaz; C: posiblemente eficaz. *Fármaco clasificado como ineficaz o con resultados discrepantes; **Fármaco no

recomendado; NA: no aparece en la guía. 1: dosis de amitriptilina; 2: dosis de venlafaxina; 3: dosis de duloxetina; 4: dosis de

oxicodona; 5: dosis de morfina.

Adaptada de Attal N, et al

61

, Bril V, et al

62

.

Dolor neuropático diabético conrmado

Antidepresivos

tricíclicos

Probar otro fármaco

de primera línea

Probar la combinacion de

fármacos de primera línea

Inhibidores de la recaptación de

serotonina

Antiepilépticos

Opioides Tramadol

Fig. 4. Algoritmo de tratamiento de la neuropatía diabética (dolor neuropático).

Medicine. 2016;12(17):958-70 967

COMPLICACIONES MICROVASCULARES DE LA DIABETES

Cuidado de los pies

Las personas con neuropatía o evidencia de un aumento de

la presión plantar (por ejemplo, eritema, calor o callos) pue-

den ser manejados de manera adecuada con un calzado adap-

tado a su situación o con plantillas que amortigüen el pie y

redistribuyan la presión. Las personas con deformidades

óseas (por ejemplo, dedos en martillo, cabezas de los meta-

tarsianos prominentes, juanetes-hallux valgus, pie de Char-

cot) pueden necesitar zapatos moldeados a la medida. Debe

tenerse una consideración especial y un examen minucioso

cuando los pacientes con neuropatía se presenten con un pie

o un tobillo hinchado, rojo y caliente. Un diagnóstico y tra-

tamiento precoces de la neuroartropatía de Charcot son la

mejor manera de prevenir deformidades que aumentan el

riesgo de ulceración y amputación.

La mayoría de las infecciones del pie diabético son poli-

microbianas, con cocos aeróbicos grampositivos. Los estafi-

lococos son los microorganismos causales más comunes. Las

heridas sin evidencia de infección de tejidos blandos o infec-

ción ósea no requieren tratamiento antibiótico. El trata-

miento antibiótico empírico puede dirigirse a cocos grampo-

sitivos en muchos pacientes con infecciones agudas, pero

aquellos con riesgo de infecciones por microorganismos re-

sistentes a los antibióticos o con infecciones graves crónicas,

tratados previamente, requieren regímenes de más amplio

espectro y deben remitirse a centros de atención especializa-

da

63

. Las úlceras del pie y el cuidado de las heridas pueden

requerir atención por un podólogo, cirujano ortopédico o

vascular, o especialista en rehabilitación con experiencia en el

cuidado de las personas con diabetes.

Neuropatía autonómica

Hipotensión ortostática. El objetivo terapéutico es reducir

al mínimo los síntomas posturales más que restaurar la nor-

motensión. La mayoría de los pacientes requieren tanto me-

didas no farmacológicas (por ejemplo, asegurar una adecuada

ingesta de sal, evitar los medicamentos que pueden agravar la

hipotensión, o el uso de prendas que compriman sobre las

piernas y el abdomen) como medidas farmacológicas. Mido-

drina es el único fármaco aprobado por la FDA (Food and

Drug Administration) para el tratamiento de la hipotensión

ortostática

3

.

Gastroparesia. La gastroparesia puede mejorar con una dieta

con un bajo contenido en grasa y en fibra, con la optimización

del control glucémico, y con procinéticos como metocloprami-

da o eritromicina. En el año 2009, la FDA añadió una adverten-

cia en la ficha técnica de metoclopramida remarcando los peli-

gros de la discinesia tardía irreversible después de su uso a largo

plazo. Así pues, el uso crónico de metoclopramida debe evitar-

se

64

. Metoclopramida debe reservarse para los pacientes con los

síntomas más graves que no responden a otras terapias. El me-

dicamento se debe utilizar en la dosis más baja y durante el

menor tiempo posible, por lo general no más de 3 meses, y los

efectos secundarios deben vigilarse estrechamente.

Disfunción eréctil. Los tratamientos para la disfunción

eréctil pueden incluir inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5,

prostaglandinas intracavernosas (cuerpo cavernoso del pene)

o intrauretrales, dispositivos de vacío o prótesis de pene

3

. Al

igual que con los tratamientos de la neuropatía diabética pe-

riférica, estas intervenciones no cambian la patología subya-

cente y la historia natural de la enfermedad, pero pueden

mejorar la calidad de vida del paciente.

Detección y seguimiento clínico

Retinopatía diabética

Se aconseja realizar el primer examen oftalmológico a los

5años del diagnóstico en el caso de pacientes con DM1 y en

el momento del diagnóstico en la DM2. Las mujeres con

DM que deseen quedarse embarazadas deberían someterse al

examen antes de la gestación y, como mínimo, en el primer

trimestre de esta. En general, se recomienda seguir poste-

riormente con exámenes anuales tanto en pacientes con

DM1 como DM2. Aunque la detección de retinopatía diabé-

tica ha demostrado ser coste-efectiva, hay estudios que ava-

lan la detección bianual en pacientes con DM2 sin otros

factores de riesgo asociados, y con al menos un examen ocu-

lar previo normal, dada la elevada prevalencia de la DM2, sin

que ello derive en problemas de visión

8

. Idealmente, el exa-

men ocular debe ser llevado a cabo por un oftalmólogo u

optometrista, con experiencia en el diagnóstico de retinopa-

tía diabética. En cuanto a la técnica a utilizar, las fotografías

del fondo de ojo de 7 campos o la oftalmoscopia indirecta,

con biomicroscopía, usando lámpara de hendidura, están

considerados los métodos de referencia. Ambas técnicas in-

cluyen midriasis pupilar. Sin embargo, está emergiendo con

fuerza el empleo de la telemedicina con el uso de retinógra-

fos, donde las fotografías pueden ser realizadas por un técni-

co y más tarde revisadas por un oftalmólogo. No obstante,

las fotografías de fondo de ojo no son el sustituto del examen

ocular completo que debería realizarse al menos inicialmen-

te y a partir de entonces según la periodicidad que indique el

médico oftalmólogo

3

. Además, se requiere de un examen rea-

lizado por un oftalmólogo siempre que se detecte cualquier

signo de retinopatía diabética, la presencia de edema macular

o imágenes imposibles de determinar.

Nefropatía diabética

La presencia de albuminuria es el marcador universalmente

empleado para el diagnóstico de esta entidad. Recientemen-

te, se ha propuesto desterrar los clásicos términos de mi-

croalbuminuria (30-299 mg/g creatinina) y macroalbuminu-

ria (más de 300 mg/g creatinina) por albuminuria, ya que se

entiende que la pérdida de proteínas por la orina, como con-

secuencia de la nefropatía, es un continuo.

Al igual que ocurre con el desarrollo de la retinopatía

diabética, la albuminuria se desarrolla generalmente en los

primeros 5-10 años del diagnóstico de la DM1, mientras que

en la DM2 esta puede estar presente desde su diagnóstico.

Por consiguiente, realizaremos detección de nefropatía dia-

Apunte: Complicaciones microvasculares de la diabetes | Taller B: Fisiopatología | Medicina (UNComa) | | Filadd (8)

968 Medicine. 2016;12(17):958-70

ENFERMEDADES ENDOCRINOLÓGICAS Y METABÓLICAS

(

V

)

bética a partir de los 5 años del diagnóstico de DM1 y al

diagnóstico en los pacientes con DM2. No obstante, en pa-

cientes con DM1 con mal control metabólico o pacientes

con un comienzo en la edad peripuberal, la detección debe

realizarse al año del diagnóstico, ya que se ha demostrado un

mayor riesgo de desarrollo de nefropatía diabética precoz en

estas poblaciones

3

.

La excreción urinaria de albúmina de 24 horas es un pa-

rámetro válido para su detección, aunque su recogida es más

tediosa y, por lo tanto, menos preferible. Conviene señalar

que distintas situaciones clínicas, como la presencia de infec-

ción, fiebre, insuficiencia cardiaca, hiperglucemia marcada,

hipertensión arterial o la práctica de ejercicio físico en las 24

horas anteriores a la determinación pueden elevar la excre-

ción renal de albúmina y, por lo tanto, dar falsos positivos. A

tenor de estas consideraciones, un cribado positivo requiere

una segunda confirmación en los siguientes 3-6 meses. En

pacientes con test negativo inicial, la determinación de albu-

minuria debe realizarse anualmente, tanto para la DM1

como para la DM2. Por otro lado, la determinación aislada

de albúmina, sin la medición concomitante de creatinina,

conlleva falsos positivos y negativos

3

.

En una proporción no desdeñable de pacientes con DM1

y DM2, existe una disminución de la función renal en ausen-

cia de excreción aumentada de albúmina por la orina

65

. La

clasificación de la The National Kidney Foundation tiene en

cuenta tanto la albuminuria como el filtrado glomerular (ta-

blas 3 y 4), siendo necesario el cribado de ambos de manera

independiente. La valoración de la afección renal del pacien-

te con diabetes se llevará a cabo mediante la determinación

de albuminuria en una muestra aislada de orina y por la esti-

mación del filtrado glomerular a partir de fórmulas o ecua-

ciones predictivas derivadas de la creatinina. Se recomienda

la fórmula de la Chronic Kidney Disease Epidemiology Collabo-

ration (CKD-EPI) o la de Modification of Diet in Renal Disea-

se (MDRD). Como alternativa, puede utilizarse la fórmula de

CKD-EPI (Chronic Kidney Disease Epidemiology Collaboration).

Por último, consideraremos la posibilidad de remitir al

paciente al especialista en nefrología, siempre que la etiolo-

gía de la nefropatía no está clara (proteinuria franca, sedi-

mento urinario patológico, ausencia de retinopatía, rápido

empeoramiento de la función renal), en aquellas situaciones

que dificulten su manejo (anemia, hiperparatiroidismo se-

cundario, desequilibrio del medio interno, hipertensión re-

sistente, síntomas o signos de otras enfermedades sistémicas)

o en pacientes con ERC avanzada. En la tabla 8 se resume el

manejo de la ERC en pacientes con DM.

Neuropatía diabética

Hasta el 50% de los pacientes con polineuropatía diabética

periférica permanecen asintomáticos, lo que obliga aún más

a su búsqueda sistemática. Los expertos recomiendan el cri-

bado anual, comenzando al diagnóstico de la DM2, y desde

los 5 años del comienzo en los pacientes con DM1.

El diagnóstico de la polineuropatía diabética se basa en la

recogida de una buena historia clínica y de los datos obteni-

dos de la aplicación de unos sencillos test durante la explora-

ción física. Resulta excepcional la realización de estudios

electrofisiológicos. Existen distintos cuestionarios clínicos

que recogen distintos signos y síntomas de polineuropatía

diabética. Los más utilizados en la práctica clínica habitual

son el Neuropathy Disability Score (NDS), el Neuropathy Symp-

toms Score y el Memphis Neuropathy Instrument Score. El NDS

es quizás el más empleado para la detección de la polineuro-

patía diabética. En él se valora la sensibilidad térmica, algési-

ca y vibratoria, junto con el reflejo aquíleo. La obtención de

una puntuación mayor o igual a 6 establece el diagnóstico de

polineuropatía diabética.

La exploración física incluirá, en primer lugar, la inspec-

ción de ambos pies y la valoración de pulsos periféricos. La

exploración básica de la polineuropatía diabética se realizará

mediante el diapasón de 128 Hz, los filamentos de Semmes-

Weinstein 5.07-10 g y el martillo de reflejos.

La sensibilidad vibratoria puede llevarse a cabo mediante

un diapasón (128 Hz) colocado sobre el primer dedo del pie

o la cabeza del primer metatarsiano. El biotensiómetro o

neurotensiómetro supera la fiabilidad del diapasón, ya que

permite regular los diferentes umbrales vibratorios. Un um-

bral de vibración superior a 25 mV, incrementa el riesgo de

desarrollar úlceras en el pie.

El monofilamento de Semmens-Weinstein es, junto al

diapasón de 128 Mhz, la herramienta de mayor utilidad hoy

día para el cribado de la neuropatía. Con él, evaluamos la

sensibilidad protectora. Clásicamente, la exploración con el

monofilamento (monofilamento de Semmes-Weinstein 5.07

de 10 g) se realizaba sobre diez puntos (cara plantar: primero,

tercero y quinta cabeza de metatarsiano, primero, tercer y

quinto dedo y sobre el talón; cara dorsal: punto situado en la

base interdigital de primer y segundo dedo). Sin embargo,

suele ser suficiente con la exploración de tres puntos de cada

pie (punta del primer dedo, base del primer y quinto meta-

tarsiano).

Para la exploración de la sensibilidad térmica, dispone-

mos de distintas herramientas como la barra térmica, Roll-

Temp o el Termoskin. Se considera que un paciente tiene

TABLA 8

Manejo de la enfermedad renal crónica en el paciente diabético

Filtrado glomerular

(ml/min/1,73 m

2

)

Actuación

Todos los pacientes Medición anual de creatinina, albuminuria, potasio

45-60 Considerar la valoración por un nefrólogo ante la posibilidad

de una nefropatía no diabética

Valorar la necesidad de ajuste de dosis de acuerdo

con la función renal

Monitorización del filtrado glomerular cada 6 meses

Monitorización de electrolitemia, bicarbonato, calcio, fósforo,

hormona paratiroidea, hemoglobina, albúmina y peso

al menos anualmente

Asegurar niveles correctos de vitamina D

Valorar la necesidad de estudio de densidad mineral ósea

Remitir para consejo dietético

30-44 Monitorización del filtrado glomerular cada 3 meses

Monitorización de electrolitemia, bicarbonato, calcio, fósforo,

hormona paratiroidea, hemoglobina, albúmina y peso cada

3-6 meses

Valorar la necesidad de ajuste de dosis de acuerdo

con la función renal

< 30 Remitir al nefrólogo

Medicine. 2016;12(17):958-70 969

COMPLICACIONES MICROVASCULARES DE LA DIABETES

alterada esta sensibilidad cuando no es capaz de discernir

temperaturas 7ºC por debajo de la sensación de frío y 8ºC

por encima de su temperatura para la sensación de calor.

El diagnóstico de la polineuropatía diabética es un diag-

nóstico de exclusión, debiendo descartarse la deficiencia de

vitamina B

12

, hipotiroidismo, enfermedad renal, uso de me-

dicaciones neurotóxicas (quimioterápicos) y vasculitis, entre

otras.

En cuanto a la neuropatía diabética autonómica, esta

debe considerarse durante la anamnesis. Sus síntomas varían

dependiendo del sistema afectado y generalmente su inicio

suele ser insidioso. Los tipos y pruebas diagnósticas se deta-

llan a continuación:

1. Neuropatía autonómica cardiovascular: variabilidad de

la frecuencia cardiaca con la respiración profunda y la varia-

ción de presión arterial durante los cambios posturales.

2. Neuropatía autonómica gastrointestinal: el estudio de

vaciado gástrico puede llevarse a cabo mediante una nueva

prueba de aliento que no requiere marcaje con radioisótopos,

o mediante la gammagrafía con

99m

Tc-DTPA.

3. Neuropatía autonómica genitourinaria: estudio fun-

cional de vejiga en pacientes diabéticos con infecciones de

orina recurrentes, pielonefritis, incontinencia o globo vesical.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Responsabilidades éticas

Protección de personas y animales. Los autores declaran

que para esta investigación no se han realizado experimentos

en seres humanos ni en animales.

Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en

este artículo no aparecen datos de pacientes.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado.

Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos

de pacientes.

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Author: Carlyn Walter

Last Updated: 05/11/2023

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